En el corazón de Ocaña, Norte de Santander, se alza un monumento que no es solo piedra y ladrillo, sino un testigo silencioso de la lucha por la libertad. La Columna de los Esclavos, levantada en 1851, es una efigie que conmemora la memoria de un pueblo que superó las cadenas de la opresión. Con sus cinco anillos concéntricos, este monumento simboliza los cinco países bolivarianos liberados por Simón Bolívar: Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia.

Historia y Simbolismo
La Columna de los Esclavos fue construida por iniciativa de Agustín Núñez, gobernador de la Provincia de Ocaña, para conmemorar la abolición de la esclavitud en Colombia, decretada el 21 de mayo de 1851 y efectiva a partir del 1 de enero de 1852. Este monumento, único en su género en el país, no solo celebra la libertad, sino que también honra a quienes lucharon por ella. Se dice que en su base hay tres urnas: una de vidrio que contiene el texto de la ley y los nombres de los esclavos liberados, protegida por capas de madera y hierro.

Además, la columna está rodeada de leyendas. Una de ellas cuenta que sus ladrillos fueron teñidos con la sangre de mártires como Miguel Carabaño, Salvador Chacón e Hipólito García, fusilados en 1816 por orden del general Pablo Morillo. Estas historias, aunque no confirmadas, añaden un aura de misticismo y resistencia al monumento.

La Academia de Historia de Ocaña y su Legado
La Academia de Historia de Ocaña ha sido fundamental en la preservación y difusión de la memoria histórica de este monumento. Según Luis Eduardo Páez García, presidente de la Academia, la columna fue construida entre el 6 y el 22 de diciembre de 1851, y su diseño arquitectónico refleja la pureza de la libertad conquistada. La Academia también ha documentado cómo, en 1936, un ciudadano llamado Luis Sánchez Rizo salvó la columna de ser demolida, abrazándose a ella y gritando: “Primero pasan por encima de mi cadáver”.

Mitos y Realidades
La tradición oral ocañera ha tejido mitos fascinantes alrededor de la columna. Se dice que el coronel Carabaño predijo que las piedras que recibieron su sangre serían usadas para erigir un monumento a la libertad. Además, se cree que la columna originalmente estaba recubierta de cal blanca, simbolizando la pureza de la libertad, aunque en algún momento se removió este revestimiento, generando controversia.

Un Símbolo Vivo
Hoy, la Columna de los Esclavos no es solo un monumento histórico, sino un punto de encuentro para los ocañeros y visitantes. Ubicada en la Plaza 29 de Mayo, es un recordatorio de que la libertad es un valor que debe protegerse y celebrarse. La Academia de Historia de Ocaña continúa trabajando para preservar este legado, asegurando que las generaciones futuras comprendan su importancia.